Por Brenda Morales

 

En el año 2000 no se terminó el mundo; dieron las 12 campanadas y la vida siguió su curso. Tampoco se sabía que el PAN llegaría a la Presidencia después de 71 años de gobiernos del PRI y como muestra de la apabullante necesidad de alternancia en un país como el nuestro, que se dice democrático. De la evolución tecnológica, ni hablar. Nacieron redes sociales como Facebook, que hasta hoy sigue dominando y es preferida por muchos usuarios en México y el mundo. Y en el inter de la vida política, económica, social y cultural del país, en la avenida más larga de la Ciudad de México, Paola y yo construíamos planes de emprendimiento para hacer de una mejor forma aquello que más nos gustaba, con el sello característico de dos mujeres en sus treinta, muy diferentes entre sí, pero que coincidían en los valores fundamentales de profesionalismo, ética y pasión tan necesarios en la esfera laboral.

Y así, en agosto del 2000, nace PRP. En buena medida una aventura planificada; en otra, el resultado de una serie de sucesos afortunados que hicieron que el proyecto se concretara antes de lo planeado. “Ya tenemos un primer cliente de la industria farmacéutica -comentábamos- ahora necesitamos el segundo para poder establecernos en una oficina”. Y claro, con el mayor acceso a Internet que se dio a inicios del siglo XXI, llegó a la cartera una empresa puntocom, que como muchas otras que proliferaron, quebró al poco tiempo, pero no importó porque ya había llegado el tercer cliente, y después el cuarto.

Así, PRP ya llevaba una inercia en sus primeros meses de operación y empezó a fortalecer tanto su cartera de clientes, como su plantilla de colaboradores, hasta llegar al año 2020 con el mejor equipo directivo ya no de dos personas, sino de siete; un acumulado de más de 300 clientes y marcas representadas, y un grupo de 50 colaboradores, llamados cariñosamente PRPianos.

Y llegó el ansiado 2020. El año de un aniversario importante, pues vamos caminando con el siglo. ¿Y quién nos iba a decir que lo viviríamos en medio de una pandemia que ha preocupado y ocupado a gobiernos, empresas, familias y a millones de individuos, quienes hemos tomado conciencia de la vulnerabilidad del ser humano? Nadie lo podía saber, o quizá unos pocos, si creemos en las historias de conspiración.

El hecho es que tuvimos que cambiar. Sí, transformarnos y adaptarnos de la manera más rápida a las reglas de supervivencia personal y empresarial. Trabajar desde casa, abrazar las ventajas de la tecnología, cambiar planes estratégicos, crear nuevos modelos de relacionamiento interequipos, con clientes, con medios, con proveedores. En una sola palabra: reinventarnos.

El saldo para PRP, a pesar del contexto tan abrumador y las pocas expectativas de crecimiento para nuestro país con un gobierno que apuesta a la cuarta transformación, es positivo. La misma pasión y energía de dos socias entusiastas hace 20 años, es la que viven hoy 50 personas que trabajan para lograr que trasciendan marcas que son o desean ser la primera opción en sus industrias por su gran oferta de valor.

Gracias infinitas a todos los clientes que a lo largo de 20 años han confiado en nuestro trabajo. Que nos dan la oportunidad de participar como un equipo extendido y que nos permiten conocer las entrañas de sus productos y servicios, para llegar junto con ellos a encontrar la fórmula perfecta y así lograr los objetivos. Gracias también a todos los colaboradores que han hecho de PRP su escuela y su casa, que nos han aportado sus conocimientos y que han dejado huella.

Nuestro corazón está lleno de agradecimiento por el acompañamiento de tanta gente a lo largo del camino de PRP: nuestras familias, clientes, periodistas, colegas, influenciadores, proveedores y amigos.

 

Sin ustedes, esta historia no sería igual