Por: Daniela Rosado Medina

La comunicación y la reputación son dos cuestiones entrelazadas que se complemen­tan entre sí. La primera sin duda juega un papel primordial a nivel corporativo, que va más allá del solo hecho de saber qué decir, cómo hacerlo, por qué medio y para quién va dirigido el mensaje. Es el punto de partida para construir el cómo será percibida una organi­zación, y si se gestiona de manera clara, congruente y consistente, es un elemento clave para la reputación de las empresas. Factor vital para sobrevivir en el mercado.

La comunicación, ya sea escrita, verbal o no verbal, contribuye a la construcción de la identidad de los negocios, es la que dicta su voz y su propósito. De ahí, es de donde nace la importancia de desarrollar mensajes clave, aquellos dos o tres puntos que engloben y describan los objetivos de la compañía, su principal diferenciador o qué problemática resuelve. Deben ser contundentes y breves con la finalidad de poder insertarlos en cualquier conversación dentro y fuera de la compañía. Éstos a su vez, deben estar alineados a la estrategia de negocio para fungir de guía para sus líderes y voceros, para tener una línea clara de comunicación.

No obstante, contar con mensajes estableci­dos no es lo único. Es necesario tener voceros que puedan comunicarlo fuera o dentro de la compañía. Sobre todo, tener claro que debe existir congruencia entre lo que se dice, con lo que se hace. Así, es posible afianzar la credibilidad del negocio, de la marca, de cualquier servicio que se quiera promover, siendo la base de la reputación. Y no nada más debe ser entre los líderes, cada miembro de la organización debe hacerlos propios, creer en ellos y así, lograr posicionarlos entre los distintos stakeholders.

Asimismo,  el   tener    una   comunicación corporativa sólida, sostenida y transparente, ayuda a posicionar el expertise de los emplea­dos de una compañía, ya sea al interior o exterior. Y qué mejor que soportarlos con cifras y datos duros a manera de evidencia para lograr llegar a diversos públicos de manera que se pueda despertar su interés.

Es así como invertir tiempo y recursos para crear una comunicación corporativa integral y congruente, puede llevar a una organización a blindar su reputación, ya sea en tiempos de paz o en momentos críticos. Es vital para para permear en la conversación mediática, generar lealtad entre colaboradores y hacerse un lugar en el mercado a través del tiempo.

¡No debe tomarse a la ligera!