Por Brenda Morales

Empezamos  el  año  con  la noticia de que el Banco Mundial ajustó a la baja sus perspectivas económicas para México, de 1.5 a   1.2 por ciento para 2020. En  2019, finalmente, según la misma entidad reguladora, no hubo   crecimiento en nuestro país. Ni siquiera ese esperado 0.6 por  ciento  que,  de  por  sí,  se escuchaba muy pequeño.

Que las nuevas políticas de la 4T, que los recortes presupuestales en  el  gobierno,  que  la  cancelación   de   proyectos   de   infraestructura  pública,  que  la  cautela de los inversionistas… pero aun así, ¡feliz año 2020!

Bajo mi perspectiva, ya cerramos el capítulo del 2019; un año complejo sin duda alguna, bajo un clima de tensión en muchos aspectos,  con  nuevas  reglas  en la manera de insertarnos en los negocios, de ser relevantes; con aprendizajes que nos ayudaron a madurar en todo sentido.

Y no me estoy re riendo a todos esos datos relativos de la macroeconomía de nuestro país. Eso mejor se lo dejo a los expertos. Estoy hablando  sobre  nuestro microecosistema de negocio en el ámbito de la comunicación, de las perspectivas de una empresa de 50 personas que todos los días damos lo mejor de nosotros y, quizá, de nuestra vida personal.

Comenzamos el año con extraordinarias noticias como la renovación de muchos contratos gracias a la confianza de nuestros 18 clientes que desean que sigamos construyendo estrategias de comunicación para sus más de 50 marcas en conjunto. Así como la incorporación de nuevos clientes y proyectos como Chep, AXA, MasterCard, Neovia, Zignum, Opo y Hogo.

En  resumen, empresas transnacionales y nacionales de diversas industrias y con retos muy variados que van desde  el posicionamiento de Chep, empresa experta en cadenas de suministro en el mundo que gestiona, transporta y provee 330 millones de plataformas compartidas  (los famosos pallets),  hasta  dar  a  conocer  un  nuevo sistema de descanso con la promesa cumplida de disminuir la edad metabólica.

También hubo pérdidas. Las menos importantes nos dejaron experiencias y satisfacciones extraordinarias, así como la oportunidad de conocer y aprender de colegas entrañables. Las verdaderamente importantes, las que duelen en el alma, las dejo para otro espacio personal.

Y es que ante escenarios complicados o desafortunados, las fortalezas internas, así como la solidaridad, el afecto y el contacto humano, son claves para superar la adversidad y salir fortalecidos; en psicología, esta suma incentiva la capacidad de resiliencia. Frente a un 2019 que en los planos del negocio y personal nos puso a prueba, ir hacia adelante es la única opción.