Por Paola de la Barreda

La retención de talento es uno de los retos más grandes de casi todas las empresas, tanto grandes como pequeñas. Sobre todo ahora, que se calcula que los millennials constituirán el 35% de la fuerza laboral para el año 2020 y que son un grupo que se caracteriza por tender a una mayor rotación.

El compromiso de los colaboradores con una compañía, se debe trabajar desde varios ángulos. Por un lado está el ofrecer paquetes de compensación atractivos, salario emocional, home office y horarios más flexibles, entre otras prestaciones que promuevan la felicidad y el bienestar de los colaboradores. Sin embargo, un elemento fundamental que es pieza clave en la retención de talento, es promover un sentido de pertenencia y un engagement, que solo se pueden lograr a través de una estrategia sólida de comunicación interna.

Partimos de la base de que las empresas deben contar con una propuesta de valor clara y una cultura organizacional, pero esto no sirve de mucho si no se comunica de forma clara a todos y cada uno de los colaboradores, que son nuestros principales embajadores para llevar los mensajes de la empresa y marca al mundo exterior.

Para que los colaboradores tengan realmente la “camiseta puesta”, deben conocer a cabalidad: los valores de la marca, lo que significa el ADN de la compañía, los planes de responsabilidad social que existan, lo que la empresa es y hacia dónde se dirige. Tener una comunicación adecuada, fortalece el sentido de pertenencia y el compromiso de los colaboradores con la organización.

Se debe desarrollar una narrativa clara, alineada con la visión de la empresa y congruente con su perfil. En este sentido, hay que definir el tono y que éste sea consistente a lo largo de toda la comunicación.

Es importante considerar canales adecuados para cada mensaje y propósito. Hay empresas pequeñas donde la mayoría de los colaboradores se encuentran en el mismo espacio, lo cual permite impactar de forma más sencilla a todos con el apoyo de pantallas, pizarrones o tableros en zonas comunes. Pero hay algunas compañías con varias sedes o con colaboradores distribuidos en diferentes pisos de un mismo edificio, con otras necesidades de comunicación interna. Inclusive hay organizaciones ubicadas en espacios colaborativos, tipo “WeWork”, que requieren de elementos un poco más sofisticados para asegurar que los mensajes lleguen a todos.

Más allá de las tácticas, canales y herramientas, lo importante es que la comunicación esté fundamentada en una estrategia sólida, con objetivos claros y métricas que permitan tener una implementación adecuada para que la aportación de valor de la campaña ejecutada sume en términos de los recursos humanos, el flujo de la información interna y el negocio mismo.