Por Alba Vela

(@hoku_alba)

La comunicación es un aspecto clave en el desarrollo de cualquier tipo de negocio, sin importar la industria en la que participe. Por supuesto, las pymes (pequeñas y medianas empresas) no son la excepción; estas se mueven con mucha fuerza a nivel macroeconómico y, como todas, requieren estrategias que les ayuden a ganar solidez en el mercado para crecer y consolidarse. Lo importante es entender cuándo arrancar un plan de comunicación en función de la madurez de la empresa, de manera que de verdad consigamos abonar a los objetivos del negocio.

Para conocer esto se recomienda responder a un ABC de comunicación:

A: ¿está la pyme lista para contar su historia?

Hay que entender cuándo es el momento ideal para salir a hablar de la pyme. Pero además del timing, es importante definir para qué queremos contar la historia. Es a través de esta pregunta que quizá podremos entender si estamos listos o bien tal vez falten aspectos operativos internos que sea necesario afinar primero: logística, personal, marca, calidad, ubicación, segmentación, etcétera.

B: ¿qué se quiere contar?

El aspecto clave aquí es saber qué se va a decir. En este punto lo que se espera es generar ideas sobre el negocio y su propuesta de valor; lo que lo hace distinto, innovador y ganador. Después, el resultado de esa “lluvia de ideas” se compacta para empaquetarse —recomendamos— en tres mensajes clave claros, breves y directos. A partir de ellos, se genera la estrategia completa; de ahí su relevancia. Si no hay claridad en los mensajes clave, el resto puede resultar infructífero.

C: ¿quién debe enterarse de la historia?

Una vez que entendemos con absoluta claridad aquello que se comunicará sobre la pyme, es primordial priorizar audiencias y estudiarlas. Ello no sólo quiere decir que es necesario saber quién será el cliente potencial del producto o servicio, sino que se refiere a ir más allá: conocer lo mejor posible quién es, qué hace, cómo lo hace, dónde lo hace, con quién lo hace, qué le interesa, a quién le cree. Esto es imperativo para comprender si en realidad eso que buscamos colocar en el mercado es relevante o no.

Es deseable que un asesor en comunicación acompañe el proceso de storytelling de las pymes, de manera que una mirada externa objetiva y calificada contribuya a detectar cuál es la fase que vive la empresa y, así, considerar si está lista o no para contárselo al mundo.